octubre 06, 2007
Hoy, un buen amigo, me ha avisado de una invención que, si bien no es nueva, me ha dejado impresionado.

Sentados en un café conversamos por horas, de todo. Con este viejo amigo, creo, compartimos el gusto por las cosas que, aunque sean sencillas, estén bien hechas. Con ese antecedente, inevitablemente, nuestra conversación siempre llega a un punto en que comenzamos a comentarnos lo que últimamente nos lleva asombrados. Mi carta bajo la manga, en este caso, fue la Microsoft Surface, pero que, en ningún caso, superó lo que me comentó y que, ahora mismo, acabo de experimentar. Puede que, ciertamente, mi superficie Microsoft haya sido más impresionante e increíble (en el estricto significado de esta última palabra) que aquello que mi amigo me ha comentado, pero la gracia de esto último es que, efectivamente, podemos ser muchos más los que podemos experimentar y disfrutar de un avance técnico más o menos accesible. Digo esto porque, supongo, habrá que tener la billetera de un Luksic o un Angelini para poder, tal vez algún día, acceder a lo que yo propuse como “el invento del año”.

La hago corta. Mi buen amigo me habló de la Holofonía. ¿Qué es esto que suena a una parafilia? Pues nada que ver con eso. Se trata de una técnica de captación de sonidos de manera tridimensional (toma su nombre de los hologramas), orientada particularmente a la reproducción del sonido, pero con audífonos. Esta técnica fue desarrollada por un argentino llamado Hugo Zuccarelli en 1980 utilizando la cabeza de un maniquí, situando micrófonos donde los humanos llevamos orgullosamente los oídos. Cito desde wikipedia: “Zuccarelli le agregó a su cabeza llamada Ringo una emisión de sonido interna de referencia, así los micrófonos graban la interferencia creadas entre ambos sonidos (exterior y el propio), consiguiendo la tridimensionalidad del sonido”. ¿Por qué no nos habíamos enterado antes de esto? Debido a que, económicamente, no ha sido exitoso: como más arriba dije, la técnica ha sido pensada para ser reproducida exclusivamente mediante auriculares. Cito nuevamente: “Hugo Zuccarelli ha inventado los parlantes holofónicos, con los que ya no es necesario el uso de auriculares, lo que sucede es que sus dos parlantes no son convenientes a los comerciantes de sistemas 5.1.”

Si tienes el tiempo, las ganas y un par de auriculares (no lo hagas con los parlantes del computador, el efecto se irá), por favor, has el ejercicio. Carga el par de archivos mp3 que aquí abajo te dejo, cierra los ojos y, al igual que en un truco de magia, no intentes encontrar la quinta pata del gato. Confía en quien está escribiendo esto y no pienses que se trata de una mala broma, en ningún caso te encontrarás con un grito al final de la grabación o con cualquier otra cosa que haga decaer las expectativas que te he ido creando. Trata de olvidarte que llevas puestos un par de auriculares, siéntate tranquilo y disfruta. No pondré nombres a los archivos para no condicionar tus suspicacias.

Luego me dirás.




 
posted by daniel at sábado, octubre 06, 2007 |


3 Comments:


At octubre 08, 2007, Anonymous Anónimo

Mi estimado Daniel, conversé ayer largo y tendido con Alvaro, mi hermano... en la oportunidad me habló de este espacio y de los temas que tratabas... así que al tener un momento libre hoy en la mañana, pasé por tu blog para ver que decías respecto de la holofonía. En efecto el tema es alucinante y literalmente impresiona, Alvaro no le dio mucho crédito al principio porque, al igual que tú, lo invité a que escuchara sin contarle de qué se trataba.

Cuando tenga algun tema interesante que comentar, también te consideraré en mis correos.

Espero que nos tomemos un cafecito bien conversado cuando me de una vuelta por Viña del Mar.

Un abrazo.

 

At octubre 08, 2007, Blogger Catalina Urtubia

La última, la del caballo y el violín, es la más impresionante de todas.

 

At octubre 30, 2007, Anonymous Anónimo

Bastante interesante esto de la holofonía.
Ya había tenido un encuentro cercano con esto. Mi tarjeta de sonido trae algo parecido, Aun que no tan impresionante como el corte de pelo o la cajita de fósforos...
Y que decir de la tipa susurrando en mi oído...

Saludos desde Santiago - Pudahuel.
Fabian Torres P.