agosto 08, 2006
Llegado el final del mes de julio me he enterado de tres lamentables noticias para el movimiento anarquista internacional.

Casi como un ritual diario, reviso gran parte de los links que he agregado en este blog y, así, me he enterado de la desagradable noticia de la muerte de Murray Bookchin, si se quiere, creador de lo que hoy es llamado Ecología Social, teoría que interrelaciona el pensamiento libertario y la ecología. La verdad es que sería una desvergüenza de mi parte el homenajear a en esta ocasión a Bookchin como un “compañero”, y hacer de esta columna un réquiem para quien he leído poco y nada. Pero Bookchin, por rebote, me trae gratos recuerdos, recuerdos de años en que mis compañeros y yo teníamos la voluntad ardiente para lo que viniera “por la causa”, pero parca conciencia de cómo eran las cosas. Tal vez debiera hablar sólo por mi, pero creo que esta sensación que me ha quedado no es muy lejana a cómo efectivamente eran las cosas por esos años. Lo que nadie me discutirá es que para algunos (y aquí sí que hablo básicamente sobre mi) la situación se ha invertido, esto es, que creemos tener las cosas más claras que en esos tiempos, pero nos hemos dormidos en la inacción. Por esos años, y ávidos de acercar nuestras ideas y sueños lo más prontamente a la cotidianidad, estuvimos dispuestos a muchas cosas. En ese camino mis compañeros conocieron un viejo que no se avergonzaba de saludarnos con un beso en la mejilla, acompañarnos (y muchas veces guiarnos) en nuestras asambleas y ofrecernos la presencia de una persona con unos tantos años más que la media de nuestro colectivo. Su presencia, por lo menos a mi, nos animaba tácitamente con un “cabros, ustedes no están solos”.

Nunca lo oí directamente de boca de él (tal vez así fue y la memoria me traiciona), pero entre los compañeros corría el rumor que nuestro viejo amigo, o más bien “amigo viejo”, había sido alumno de Bookchin mientras realizaba unos de sus estudios en una universidad de Estados Unidos. Si esto no hubiese sido así, de lo que sí estábamos seguros era que a Bookchin se lo había leído bien y su cuento se lo creía por completo. Así, nos llevamos en más de una ocasión organizando charlas sobre Ecología Social en distintos lugares: en el local de la radio donde teníamos nuestro programa, en universidades, etc. La charla sobre Ecología Social era nuestro “plato fuerte”, tanto como la proyección de la colección de diapositivas modificadas de otro de nuestros compañeros. Ésas eran las vedettes de nuestros espectáculos. El punto es que de esas charlas, más que de la permacultura, más que la frase que nuestro orador repetía en cada ocasión (“nuestras manos están diseñadas para acoger, o más bien, en ellas caben las manos, la cabeza y los genitales de mi compañero o de mi compañera”), lo que más recuerdo es la palabra “Bookchin” repetida incansablemente. Noticias como las de hoy me hacen rememorar estos lindos recuerdos… A(n)gustín ¿dónde estás?

Pero sigamos. Las otras dos noticias, que como encabezado de esta columna he nombrado, son la disolución de dos bandas anarquistas de lata trayectoria: Sin Dios y Los Muertos de Cristo. A ver, decir que la disolución de dos grupos musicales es una pérdida para el movimiento anarquista, para algunos, puede ser una chambonada. Pero creo que más que banda de rock, estos dos grupos se consideraban un panfleto musical, un medio de propaganda donde la música era la excusa, y en ese afán, el propósito les resultó bien. El vocalista de Sin Dios, en su blog, anunció la disolución de su banda con un “adiós sin dios”, y en aquella columna recibió más comentarios de sus visitantes que en ninguna de sus otras entradas que, vale decirlo, muchas de ellas contienen información y opiniones más relevantes e interesantes que la noticia por él anunciada. El comentario generalizado de los visitantes del blog “bajo la alfombra” es “nos enteramos de esta noticia apenas sabida la disolución de otra gran banda, Los Muertos de Cristo”. Así me he enterado. Revisando la sección “noticias” del sitio web de esta banda no hay nada que ratifique la información, de hecho, en la sección “conciertos” se anuncia uno para la fecha 22 de julio en una sala de Burgos. Como sea, y lo que pretendo exponer es que, Sin Dios y Los muertos de Cristo (así como otras tantas bandas anarco-punks) han sido para muchos de nosotros dos grandes puertas de acceso al movimiento anarquista (aunque a más de uno les guste rebuscar en su árbol genealógico algún viejo familiar que haya simpatizado con las ideas ácratas para justificar su actual militancia) y que lamentablemente hoy se cierran.

En estas tierras alejadas del primer mundo, donde nunca pudimos ver tocar a Los Muertos de Cristo y en sólo una accidentada ocasión a Sin Dios, da casi lo mismo que ambas bandas dejen de tocar. Sus discos seguirán girando, así como siguen girando los de otras tantas bandas que existieron durante menos de un tercio de los años que ellos tocaron. Escuchar los discos de Los Muertos de Cristo o los de Sin Dios, para muchos, significa escuchar cada día un grito de aliento para seguir en pie, un ánimo para no decaer en la lucha (como cada uno quiera entenderla). Lo que realmente puede pesar tras estas dos noticias, es que de esos gritos no escucharemos ya unos nuevos.
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Tras haber publicado esto que acabas de leer, me he enterado de la existencia de este video que confirma la noticia referente a Los Muertos de Cristo. Creo que es lamentable decirlo, pero ya está todo dicho, ya está todo cocinado.

 
posted by daniel at martes, agosto 08, 2006 | 1 comments
agosto 01, 2006
Muchas de las entradas que aquí he publicado han surgido del peor modo posible: han sido reacciones a una de las tantas “opiniones públicas” que aparecen cada día en periódicos y noticieros, y ésta no es una excepción.

Ayer he leído en Las Últimas Noticias el siguiente titular “SENSACIONAL TEORÍA: EL PUNK HABRÍA NACIDO EN 1916, el poeta Felipe Cussen establece un paralelismo entre vanguardia estética y rock visceral”. El titular cae por sí mismo cuando, a renglón seguido, especifica que estas relaciones son tema de exposición en una conferencia titulada “Del Dadá al punk: una historia en común”. No deseo hacer evidentes las faltas de ortografía o redacción que veo cada día en los periódicos, pero si digo que el titular es inapropiado es sólo por el hecho que tras unas cuantas líneas de redacción, el autor de la columna desmiente aquello mismo que ha sentenciado, esto es, que el punk no ha nacido en 1916, sino que sólo comparte una historia con una vanguardia artística que ha surgido en aquella data. El titular ha sido escogido y publicado a pesar que el entrevistado, el poeta en cuestión, declara que el “Dadá puede asimilarse al punk (…) pero las condiciones en que surgieron son bastante distintas”. Está bien, ya sabemos que los titulares deben ser rimbombantes y deben atraer la atención del lector, de otro modo sólo se leerían los titulares de los diarios (cosa bastante habitual por lo demás), pero un periodista, un editor, también debiese tener presente que hay quienes desean saber un pelín más de lo que los titulares insinúan. Esta maña periodística (o del “marketing periodístico”) se hace evidente cada vez que uno se siente atraído por un artículo debido a su titular y luego esa atención disminuye en la medida que la columna es leída. En ese momento es cuando uno siente que le han metido el dedo en la boca.

Pero bueno, vamos por parte. Esta “sensacional teoría” no es para nada nueva. Habemos varios que desde hace un tiempo le venimos dando una vuelta a todas estas relaciones entre las viejas vanguardias artísticas y aquello en lo que nos hemos involucrado hace ya un buen tiempo, el punk. Siempre es odioso ponerse de ejemplo, pero para el año 2001, cuando era aún universitario, debí tomar un curso de estética y para el ensayo de fin de semestre entregué una redacción acerca de este mismo tema. La idea tampoco era originalmente mía, claro está, y más de alguna frase la tomé textualmente de algún fanzine o sitio web más bien dedicado al punk y no a la historia del arte.

Lo que sí incomoda es el hecho que para personas de respeto académico –aquellos a quienes debemos creerles- sitúen la génesis del punk en la aparición de una banda que, por lo menos a mi juicio, insulta a la inteligencia: los Sex Pistols. Cuando los historiadores, poetas o académicos en general se interesan por el punk, toman como gran objeto de estudio a los Pistols. No sé si sea apropiado hacerlo. No sé si estoy de acuerdo en la idea que dice que los Pistols fueron inspirados por el situacionismo, el dadaísmo, el surrealismo y el letrismo. A este mismo respecto, puedo nombrar el libro “Los Rastros de Carmín” que también caería en este mismo desatino. Creo, y con eso estoy de acuerdo, que los Sex Pistols respondían a la aparición de una nueva mercancía a consumir, resultado de las ideas de un productor musical de escaso éxito comercial, Malcom McLaren. Con esos antecedentes, que los Pistols hayan gritado “anarchy in the U.K.” no me dice nada, incluso me deja la sensación de un mensaje estéril o, por último, evidencia las limitaciones intelectuales (tal vez “cualidades comerciales”) de quien no halló mejor palabra que “anarchist” para rimar con “antichrist” mientras escribía la letra de esa misma canción (como lo decía un viejo conocido).

Aquello con lo que sí puedo coincidir con el artículo del periódico de ayer al que aludo, es que a diferencia del Dadá, el punk no actuó ni se desarrolló en pleno conocimiento de su disciplina, que “a partir de la carencia de herramientas intentó construir un nuevo lenguaje”. Debido a esto último es que, creo, hoy podemos encontrarnos con tantos “punks” o con tantas concepciones del punk: anarco-punks, nazi-punks, skater-punks, street-punks, drunk-punk, donde las diferencias son claramente cualitativas y cada uno de ellos se atribuye la autoría y originalidad del concepto. Con los skinheads sucede lo mismo. Pero vamos viendo, aquí algunos extractos de letras de bandas punks que se me vienen a la cabeza y que podrían darnos algunas cotas acerca de lo que estamos hablando:
* “Siento náuseas al ver tu bandera, porque sé lo que representa. (…) Pero dime, ¿dónde está el cambio?, si no te cuestionas del poder la existencia. (…) Ni vascos, ni navarros, ni españoles, ni europeos, anarco punks contra el fascismo apátridas y ateos” -ASTO PITUAK- “altrabuces y consuegras”.
* “Basta de vendernos pose, estética y pretendida radicalidad, vuestro buen rollito es el dinero, la fama y la adulación (…) ¿cómo cantáis contra el poder si el micrófono os lo pone él?” -SIN DIOS- “vasallos”.
* ”They said that we were trash. Well the name is Crass not Clash. They can stuff their punk credentials cause its them that take the cash” –CRASS- “white punks on hope”
* ”No hicimos un grupo de punk para tener sólo diversión, no buscamos un lugarcito en el sistema, queremos destruirlo junto a todos los que pelean” –ACCIÓN DIRECTA- “por la revuelta”
* ”No hacemos esto por fortuna ni por fama, nos cagamos en tu dinero, en tus leyes y en el papa” –LOS DOLARES- “los amigos”
* ”Arrogante y patético es el look del rebelde, me paro los pelos, los pinto de verde” –KONTRAATTAQUE- “yo soy punk”
Y ahora vamos con los gustos personales. Si fuese yo quien debiese situar el punto de partida del punk, incluso para asociarlo a las vanguardias artísticas, lo haría a partir de los Crass. Puede que mi opinión sea bastante burda y simplona, tal vez predecible, pero cuando saco a colación a los Crass es porque si deseamos relacionar vanguardias artísticas como Dadá o el situacionismo con el punk, debe haber una coincidencia, por lo menos, en el propósito que hay tras de todos ellos: cambiar la vida. Las vanguardias artísticas deseaban abolir las fronteras entre el arte y vida cotidiana, esto es, que todas aquellas riquezas que el arte prometía fueran trasladadas al diario vivir. Con ese afán, los situacionistas particularmente, tuvieron que echar ojo a corrientes políticas específicas, casi todas pertenecientes a la izquierda o al anarquismo. Sólo así, con el arte sumado a la política, se prometía el resultado de la vieja consigna “cambiar la vida, transformar la sociedad”.

Y bueno, ¿qué tienen que ver los Crass en todo esto? que, si bien no he podido encontrar fechas exactas que me digan si ellos aparecieron antes o después de los Pistols, creo, a todas luces, que los Crass tenían las cosas más claras que el grupo de Johnny Rotten. Los Crass “querían cambiar los rumbos de la sociedad y por la convicción que demostraban, no parecía solo una pretensión (…), pasarían a iniciar un ataque constante de acciones subversivas y contestatarias , como repartir panfletos, manifiestos, publicación de libros, zines, jornadas, afiches, marchas, actos de boicot, pintas (fueron los responsables por la vinculación del símbolo "A" de anarquía para la mayoría de la gente, antes era solamente conocido por lectores de algunos raros libros sobre el asunto), etc”. Concédanme que a partir de ellos surgió el llamado “anarco-punk”, y respecto a quienes forman parte de este movimiento, O. Escribano escribe:
“Revolucionan el lenguaje, el arte, escritos a mano, fotocopiados, collages, etc. Informan sobre las bandas musicales pero también sobre ecología, acciones que se desarrollan o se promueven, se vinculan estrechamente con todo lo marginado del sistema, gay, desocupados, indígenas o extranjeros. Participan activamente de los movimientos antimilitaristas, contra el racismo (muy especialmente contra los skinheads) y con los ocupantes de casas (okupas o squaters) ya sea para vivienda como para eventos culturales, en Brasil participan del Movimiento de los Sin Tierra (…), en México apoyan el Movimiento Zapatista que tienen planteos de gran contenido libertario” (Escribano, O., El Anarquismo de ayer y hoy, de la I Internacional a la aktitud punk, Ed. Desalambrar, Buenos Aires, 1998, p.55). Con estos antecedentes ¿sigue siendo apropiado relacionar las vanguardias artísticas con bandas como los Sex Pistols? La actitud de los Pistols, que tal vez es lo único que podría compararse con los happenings o performances del Cabaret Voltaire, ¿será suficiente para contrarrestar los anhelos de revolucionar la vida? Nuevamente, a mi juicio, los Crass son más adecuados para realizar ese paralelismo. Si se trata de mera actitud, ¡ok!, los Pistols son los más apropiados; pero si se trata de conciencia, de coherencia entre medios y fines, definitivamente los Crass llevan la delantera. En definitiva, y ¿por qué mi desagrado con los Pistols?, porque así como yo, hay varios que prefieren adherir a la idea del punk como móvil político, concretamente anarquista, y los Pistols son lo más alejado a ello.
Pero retomemos por última vez el tema. El punk que representan los Pistols, es un punk que en ocasiones fue entrevistado y tuvo apariciones en la televisión, así como pudo realizar también más de un gran tour por Europa y E.E.U.U. ¿No es eso comparable a aquel arte alejado de la vida, ajeno a la clase trabajadora, y que residía en fastuosos museos? ¿Acaso no es ese arte conservador al que se oponían las vanguardias artísticas? Sin quererlo, al final de este recorrido, he llegado a una conclusión inesperada: que los Sex Pistols, por el anhelo de utilidades económicas de su productor, por las millonarias ganancias que hasta el día de hoy siguen generando (no por nada, una de las últimas giras de los Pistols en 1996 se llamaba “la gira del lucro sucio”), son más bien un ejemplo del arte conservador que genera obras que algún día se transformarán en “clásicas” y serán ofrecidas a la pura contemplación de unos pocos. Mientras tanto, aquel punk que ha surgido desde los Crass sigue aún en la calle, sigue manifestándose y sigue luchando por cambiar al mundo. “Abstraerlo” a conceptos, sistematizarlo, ordenarlo, sacarlo de su “base material” en salas de arte o en universidades podrá restarle fuerzas a su propósito original. Eso tiene mucho que ver con que se esté realizando este tipo de charlas en una sala de exhibiciones que el Museo de Bellas Artes posee en un mall (eso dice mucho), tal vez no esté mal, pero para muchos puede ser tan tirado de las mechas como intentar titularse con una tesis sobre “La Sociedad del Espectáculo” de Guy Debord.
 
posted by daniel at martes, agosto 01, 2006 | 1 comments