noviembre 18, 2006
Hace ya varios años, cuando decidí dejar de comer carne, un médico me dijo que más que daños a la salud, lo que mi decisión traería sería un problema social. Hasta ese momento era en lo último que hubiese pensado, pero, corrido el tiempo, debo reconocer que sí tenía razón el tipo ese. Bueno, hablar de “problemas” puede ser exagerado, pero los mayores inconvenientes respecto a mi decisión siempre me vinieron desde aquel ámbito.
En chile el punto de encuentro habitual entre amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. es en torno a una parrilla, brasas y trozos de carne… en torno a “un asadito”. Estas analogías siempre me han parecido pasadas a caca, pero puedo decir que el asado es el “ágora” chilena. Con los ojos hipnotizados por el fuego de la parrilla, ahí se discute de todo: política, economía, problemas familiares… de todo. Será debido a que es uno de los pocos lugares que los grupos de amigos o familiares han conservado para dar espacio a la conversación, que la idea de hacer un asado es llamativa para quien no practica habitualmente el ejercicio de poner a prueba sus puntos de vista o sus percepciones respecto a lo que sucede en la vida pública.
No sé si tendrá algo que ver lo que más arriba he dicho, pero, en chile, que te inviten a un asado es una muestra de amistad, y que rechaces una invitación así es prácticamente un agravio, aunque sea para evitar molestias que, es sabido, un vegetariano provoca a los anfitriones. Por eso es que he tenido que asistir a más de un asado contra mi voluntad. Si ya me molestan los ambientes y situaciones donde la segregación es por género (que, además, generalmente responde al cumplimiento de una función: mujer-cocina, hombre-preparación del fuego), un encuentro que tiene como excusa el devorar carne como si los alimentos se fueran a acabar en dos días, es una idea que no me motiva.
Que yo no coma carne y ellos sí, me da igual, hace añitos también que colgué mi sotana y dejé de andar evangelizando por ahí acerca de los argumentos en favor del vegetarianismo y veganismo. Perfectamente yo podría asistir a una de estas reuniones, llevar mi propia comida y compartir en la misma mesa una buena conversación, cada uno comiendo lo que le parezca correcto. No me molesta el que me pregunten por qué no como carne, en el año 2006 aún quedan personas que se sorprenden frente a eso y no tengo problema en dar un par de disuasivos que calmen la inquietud y hagan que el curioso deje a uno disfrutar tranquilo lo que está en el plato. Lo que sí me molesta es un espécimen que no sé por qué razón está presente en todos y cada uno de los asados a los que he asistido, y se trata del payaso experto en malos chistes. Sé que quienes no comen carne reconocen muy bien el tipo de persona de la que estoy hablando, es ese (casi nunca es mujer) que cuando se entera que eres vegetariano o vegano y te pregunta “¿y qué vas a comer ahora?” y tú respondes “alguna verdura”, lanza la broma con la que cree se ganará la simpatía de toda la concurrencia y que, además, cree que es el primero en hacerla: “¡cómete este pepino entonces!”. Variantes hay por montones, el pepino puede ser reemplazado por bananas, cocos o cualquier fruta o verdura que simule física o fonéticamente un miembro masculino. Y bueno, la broma puede que sea buena, pero sólo la primera vez. El punto es ése, que en cada ocasión en que se conjuga un asado, un vegetariano y un idiota de estos, la broma tiene que salir de su boca sí o sí. Luego de decirlo y de explosionar la carcajada, el tarado se da cuenta del éxito de su mofa e intenta seguir con el chiste, pero (y esto es siempre también) no le da para ofrecer un par de frutas o verduras más.
Ahora seré mucho más paranoico e intentaré dar un pequeño perfil de este personaje. (por favor, quien lea esto y haya pasado por algo parecido, a ver si me comenta si estoy muy alejado de la realidad o no). El tipo, como dije, habitualmente es hombre debido a que es su pene al que debe hacer alusión. Moralmente es un tipo de valores, digamos, comunes. De esos que creen en la pena de muerte, que abortar es malo, que a los ladrones hay que cortarles las manos o lanzarlos a una isla desierta, y que el peruano roba trabajo al chileno. Sus fuentes de información son las conversaciones de otros y muy esporádicamente se entera de lo que está pasando a través de los medios de prensa (por eso debe bromear y no conversar), además cree que sabe más que los demás porque tiene una basto acopio de conocimientos no oficiales concedido por cadenas de correos electrónicos que constantemente lee para capear las horas de trabajo. El tipo es un idiota, pero cree tener sus valores claritos como el agua, cree en dios, la patria y el dinero. Por eso es que cuando uno bromea con esas cosas es que se siente ofendido. Pero de lo que no se da cuenta es que él está haciendo lo mismo. Tal vez sea pechoño decirlo, pero que bromeen con lo que uno cree o con lo que uno ha adoptado como valor moral siempre desagrada. Y eso es lo que hay detrás de la decisión de no comer carne, de una decisión ética. El payaso del asado no entiende eso, cree que uno, de un día para otro, se levantó de la cama una mañana y dijo “de hoy en adelante no como más carne”. Y aunque eso haya sucedido así, cree que ese hecho es merecedor de burla. Como dije anteriormente, puede que todo esto que he escrito tenga rasgos de paranoia, pero cuando uno ha escuchado el chistecito del pepino unas quince veces, no queda otra que comenzar a darle una vuelta al tema.
Luego de ofrecerle una mueca de sonrisa fingida tras la broma, luego de responderle algo respecto a sus propios valores, el idiota entiende que la cosa puede ir a más, y ahí se dan dos opciones. Una, que ahogue su espíritu humorista y evite dirigir la palabra al acosado porque cree que se ha enojado y, la segunda, es que, como ha percibido el desagrado de su víctima, intente reconciliarse adquiriendo un pequeño grado de seriedad en la conversación que a uno ya no le interesa tener con él y te diga con voz calmada “yo no podría vivir sin comer carne”. Ahí es cuando surgen los deseos de gritarle al oído “¡¿y por qué no te comís este pedacito? hijo de puta!”.
 
posted by daniel at sábado, noviembre 18, 2006 |


10 Comments:


At noviembre 18, 2006, Blogger Dr. Mallako

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At noviembre 18, 2006, Blogger Dr. Mallako

jajajajajaja...qué buen remate del tema camarada!!!!!! Debo decir que también he sido victima de este "tipo" de hombre...pero es que si les comienzas a hablar de la dialectica que te llevó a tomar tal decision, se pierden en el camino. Hemos de acabar con este "fordismo de la estupidez e ignorancia", pero la lucha será larga y complicada, no obstante,lucharemos al igual que nuestros camaradas que cayeron en España..."Unete a la batalla en la que ningun hombre fracasa, porque aunque desaparezca o muera, sus actos siempre prevalecerán"
Heil Martel!!!

 

At noviembre 18, 2006, Blogger Pri

habia escrito un comentario y se desconecto el fucking computador y su respectivo internet...tan lindo que me habia quedado todo!
pero bueno.
Basicamente decia: que los idiotas que pregonan doxa de kiosco hay en todas partes y que senti sierta identificación al leerte, no porque compartamos el mismo punto sobre ser o no vegetariano, eso ya lo sabes, sino por el tema de ser casi reprendido socialmente por tomar algunas decisiones.
eso.
el otro comment estaba mucho mejor.me excuso.
tengo ganas de abordar este y otros temas con vosotros.
espero verles pronto

 

At noviembre 18, 2006, Blogger Pri

PERDONA LAS FALTAS ORTOGRÁFICAS!!!

 

At noviembre 21, 2006, Anonymous Anónimo

mira que yo he sido victima de burlas las cuales han venido de personas que dicen tener valores eticos supuestamente liberales de acuerdo a su forma de definirse, que quieren ser "chistosos" .

 

At noviembre 23, 2006, Blogger Dr. Mallako

cuando termine la tesis...va a entender.

 

At noviembre 28, 2006, Blogger largo

Toda la razón compañero, esos imbéciles aparecen por todos lados, cuestionando decisiones y ridiculizandolas simplemente por no tener la capacidad de entenderlas.
Si no te gusta el fútbol, las "minas" y el copete, por ejemplo, eres parte de otro bando, no conciben la idea de tomar decisiones propias y fundamentadas en convicciones apoyadas por teorías, estos personajes básicamente actúan siguiendo los patrones estándar de comportamiento. Recuerdas eso de "Puta que son fomes si todos los universitarios carretean"

 

At diciembre 04, 2006, Blogger Unknown

me gusta tu blog!

imprimiendo...

 

At diciembre 10, 2006, Anonymous Anónimo

Me gustaria estar al tanto del libreto...
Ahora, creo que ud. no debería intentare asomarse al río de tan cerca.......

 

At enero 04, 2007, Blogger La Dama del Abismo

Tsckhh. Desambiguación, ¿en realidad no comes NADA de carne?