febrero 25, 2006

Explicación más escueta, lacónica, ilógica y estúpida que la que ofreció la productora que trae U2 a chile, para justificar el desmesurado valor de las entradas, no existe. Ellos cobrarán lo que quieran, y la gente lo pagará aunque sea endeudándose. Teniendo a la prensa de cómplices, lograrán lo que se propongan. Porque la prensa no sólo es capaz de fabricar el consenso, sino también, los gustos musicales. Ella es la única culpable que los clientes de U2 madrugaran para comprar los tickets y agotaran primero los más caros. Tener ésos no es nada de fanatismo ni gusto por la banda, lo que la prensa creó es un ambiente de “ve a U2 o estás out”, por lo tanto, quien tiene el ticket más caro (no estoy diciendo “el ticket con mejor ubicación”) es quien está más in. En definitiva, el segmento que más gusta de esta banda es ése llamado “adulto joven”, el mismo que maduró con los ojos fijos en buenos puestos de trabajos, tarjetas de crédito y city-cars. Es este segmento el que se desloma por tener lo más caro, aunque no sepa qué es, mientras no se sienta la frustración de tener algo más barato que eso mismo que compró el compañero de oficina, está todo bien. Es este segmento el que no escatima en tirar plástico y saturar su crédito por estar al día. ¿Traer a U2? ¡Negocio redondo!.

Pero U2 tiene un aura especial. Ir a verles no sólo es estar a la moda, se trata de algo más que sí llena el espíritu del consumidor: es escuchar música con contenido. Ir a verles tocar es estar frente a un nominado a los premios Nóbel, es compartir la causa de un luchador social. Porque, para muchos, estar cerca de Bono es como estar cerca de Nelson Mandela, se sabe que es una “buena persona”, pero se tiene puta idea de lo que realmente ha hecho o dicho. Y bueno, concedámoslo, Bono puede tener inquietudes políticas (por eso escucharlo cantar hace sentir bien tanto a un estudiante de ingeniería miembro de las Juventudes de la UDI como a un jipiento de las Juventudes Comunistas), pero ¿de qué va este cuarentón? ¿Cuáles son sus ideales? ¿greenpeace? ¿Pro-africa? De lo poco que he buscado en internet sobre Bono, nada me dice concretamente de sus posturas políticas, porque, digámoslo, luchar contra el sida, participar de Amnistía Internacional, o haber tocado para el live8 nos dice poco y nada.

A mi juicio, Bono y su banda son un instrumento, sea de la industria musical, sea de la gran empresa, sea del poder.

Que los campesinos de la ciudad se identifiquen con Bono es lograr que nada cambie, incluso, que empeoren. Tomar el ejemplo de estos personajes es creer que puede reformarse la vida a través de los canales permitidos. Luchar a través de millonarios contratos con marcas de ropa, diseñadores, reproductores musicales, etc. es lo que Bono ofrece a su séquito. Él y su banda no representan ni un ápice de preocupación para el poder, con ellos sólo pueden dormir mal los ejecutivos que no lograron comprar su imagen para acompañar la tarjeta de crédito, la ropa interior o las gafas que ofrecen.

Bono y su banda son un producto más, como lo puede ser un shampoo o un par de zapatos. Bono y su banda son una mercancía de precio excesivo, son una estafa. ¿Cómo puede costar más de U$300 verles tocar en un sitio privilegiado del estadio? Bono y su banda son unos embaucadores ¿o acaso son los privilegios la lucha de un nominado al premio Nóbel de la paz? Bono y su banda son un grupo de frívolos negociantes sin ética ¿o acaso la conciencia social que se anuncia con ellos no les permite tener un mínimo control en el valor de sus tickets? Bono y su banda son un grupo de descarados ¿o parte del pillaje que se llevan de Latinoamérica irá a dar a África?
Finalmente todo pasará. La prensa, nuevamente, estará obligada a crear el interés quizá en qué nuevo distractor y ahí estará el rebaño obedeciendo, yendo donde le manden, amnésico, manipulable. La atención estará puesta en una modelo, un actor o en el cambio de mando. Lamentablemente a ninguna de esas noticias se le puede sacar dinero, pasará un buen tiempo antes que los periodistas puedan hacer un negocio como éste con otro organizador o anunciante. Que se den con una piedra en el pecho. Porque luego de una semana nadie recordará que U2 anduvo en chile, nadie. (Excepto quien siga recibiendo por meses y meses la boleta de Ripley)
 
posted by daniel at sábado, febrero 25, 2006 | 2 comments
febrero 19, 2006
Hay asuntos que me encandilan. Y si digo que me encandilan es porque luego de verlos o conocerlos no puedo sino más que seguir viéndolos por un largo tiempo. Cuando hace un tiempo imprimí esa estampilla que decía “Carlitos: me cagaste la vida” intentaba expresar algo de esto. Uno puede leer en los textos de Marx sobre la plusvalía, la alienación, el fetichismo de la mercancía, la distinción calidad-cantidad y, lo aseguro, jamás volverá a ver el mundo con los mismos ojos. Lamentablemente Marx se ensañó con el trabajo y, cuando uno lo necesita, es imposible olvidar los textos de Carlitos al momento de sentarse a decidir qué hacer con la propia vida. Supongo que en uno de esos momentos fue cuando debo haber dicho aquello que escribí en la estampilla. Así mismo, presumo que el estudiante anónimo que pintó en las paredes de Nanterre el famoso “no puede volver a dormir tranquilo aquel que alguna vez abrió los ojos” durante las revueltas de mayo de 1968 intentaba decir algo parecido a esto, semejante al título del disco de Fracaso “de por qué el punk y el anarquismo me cagaron la vida” (o algo así).

Algo de aquello que quiero decir es que cuando decidí titularme con una tesis sobre “La Sociedad del Espectáculo” de Guy Debord, nunca pensé que me pasaría esto mismo, pero tan infatigablemente. Debo tener enfermos a mis amigos con la frase “ya lo decía Debord…” cuando hablamos de lo que sea, y, respecto a esto, mi duda va en si soy yo un ignorante que puede ser maleable con la menor sutileza o si, efectivamente, Debord pilló el auténtico trasfondo de las actuales relaciones sociales con todo lo que escribió en ese texto.

El asunto es que por todas partes doy con justificaciones de la sociedad del espectáculo. Puede que el proceso de titulación me tenga realmente enfermo y esto se trate de una patología de tratamiento psiquiátrico más que de simples reflexiones. De lo que sí estoy seguro es que, a diferencia de la opinión generalizada que dice que este texto es un “clásico desconocido”, hay varios que se lo han leído y se están haciendo los pillos forrándose en dinero gracias a él. La sociedad del espectáculo es, a mi juicio, el leitmotiv de muchos señores que trabajan en los medios de comunicación y, particularmente, en la industria cinematográfica. El cine es un tema del que soy un reconocido ignorante, y es por esta misma condición que creo que no es una mera coincidencia el que en las escasísimas películas que he visto, el tema que circunda la sociedad del espectáculo esté siempre presente. Dos ejemplos: hace un tiempo me sucedió con “Truman show” y hoy me pasó lo mismo con “Crimen Ferpecto”.

Si hay algo que me ha hecho difícil la redacción de la tesis que preparo es la cantidad de aristas desde las cuales es abarcable La Sociedad del Espectáculo. Son algunas de éstas, he notado, en las que el grueso de los adictos a este libro se mueven, pero hay otras tantas algo más sutiles que sólo son descifrables en la medida que el lector es conocedor de datos como los libros que el autor leyó en su juventud, los grupos en los que militó o el recorrido de ciertos conceptos claves y frecuentemente recurridos a lo largo de las 221 tesis que conforman el texto. Aquello que a muchos gusta de La Sociedad del Espectáculo es la idea de la existencia de un mundo falsificado de relaciones sociales mediatizado por la imagen. Y es esta idea con la que me quedaré no para intentar crear puentes entre las obras de Guy Debord y Alex de la Iglesia, sino para dejarme en claro que “Crimen Ferpecto” es una comedia (si es que éste es un género destinado a provocar risas y diversión) que tiene poco de eso… de comedia: Un trabajador cualquiera ha trastornado su vida y sus relaciones con los demás por obra y gracia de su trabajo en una multitienda que es el templo donde los hombres y mujeres concurren a rendir culto a la gran deidad (la seducción de las mercancías). El tiempo de este tipejo se reduce a los ciclos del trabajo: nace, (sobre)vive, se reproduce y (prácticamente) muere en la multitienda, su día se va en los ciclos “trayecto al trabajo”/”horario de trabajo”/”tiempo de colación”/”vuelta al trabajo”. Su espacio es la reducción que le ofrece los límites que circundan su puesto de trabajo, esto es, el departamento de señoras y, por extensión, el resto de la multitienda. Su proyecto de vida es la ascensión al cargo de jefe de piso, función apenas menos miserable, irrelevante y prescindible que la que ya posee. Su vida y sus preocupaciones se le van en esto, en esta ínfima parcela resultante de la actual división del trabajo. Pero en esta mierda él es el rey, ahí disfruta de la admiración y sumisión de un par de monigotes con vidas tan miserables como la suya y de la disposición de cortesanas que ven en él la encarnación del éxito. Éste debe ser uno de esos que los españoles llaman “pasotas”, que poco y nada saben de lo que sucede fuera de casa y del trabajo, de esos que, como nuestro encargado del departamento de señoras, bien saben lo que quieren, su marca, modelo, año de fabricación, dónde lo venden y hasta cuántas cuotas pueden pedir por él.

Nada del otro mundo. Esto no es ficción y, para mí, se trata de drama en estado puro. La vida vivida así no tiene nada de cómico y aunque puede que esté traicionando el contenido de las definiciones de los géneros teatrales con todas estas afirmaciones, lo que me interesa aún más es el intentar expresar que yo ya me he topado con varios de éstos que, sean funcionarios de medio pelo o profesionales con varios post títulos, no son en ningún caso merecedores de la atención de un realizador, y sí debieran serlo de organizaciones de salud mental (y, por favor, de aquellas non-profit). Pero bueno, la sabiduría popular dice “no quede otra que reírse” y tal vez eso haya que hacer respecto a la mierda de vida que estamos llevando… agradezcamos que para lograrlo tenemos a varios Alex de la Iglesia acaudalándose gracias a nuestra necesidad de consuelo.
 
posted by daniel at domingo, febrero 19, 2006 | 1 comments
febrero 10, 2006
"Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente la sociedad actual no sea comunista".

"Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente el comunismo, no sea anarquista".


 
posted by daniel at viernes, febrero 10, 2006 | 0 comments
El principal reproche de los estudiantes de enseñanza media a sus profesores, a la hora de la confianza, es que las clases que les dan son aburridas. Pareciese como si la condición necesaria para lograr aprender algo se hallase en las capacidades histriónicas de quien intenta enseñar o en su facilidad de hacer chiste de todo, incluso de lo más serio o de lo que simplemente no se debe hacer mofa. El argumento de los estudiantes está generalizado e, incluso, encuentra apoyo entre sus padres. Pareciese también que a ellos se les tiene que ofrecer un payaso o un humorista, con ciertas sutilezas, a decir cómo son las cosas para que se las crean. Ahí radica el éxito y la gracia de, por ejemplo, personajes como Coco Legrand. Y de esto ya me estoy convenciendo. No basta con que, desde la literatura, en el año 1932 ya se haya ofrecido en un libro los tenebrosos esbozos de la sociedad tal cual se vive hoy: la manipulación genética, la concentración del poder y la incapacidad de tomar el control de la vida en virtud, paradójicamente, de la consecución de un mundo feliz. No basta con que Orwell escribiera otra novela en 1948 insistiendo en la misma cuestión: el control que ejerce el poder sobre el más fútil de los gestos de sus ciudadanos restringiendo su capacidad de razonamiento, incluso, con la manipulación del vocabulario y el lenguaje. Allí se encontraba el gran acierto de la inventiva televisiva que comenzó a dar sus primeros pasos con la familia Loud a inicios de los 70 y que, hasta hoy, nos pena con el Gran Hermano… el que te vigila.

Pero para muchos las novelas no dicen nada, son sólo ficción y en ello no hay nada de la vida real o cotidiana. Para ellos, lo que vale son los hechos concretos (diría Lavín). Y aunque durante un tiempo le dieron como bombo en fiesta, el sistema Echelon ha sido ignorado y olvidado. Google maps, o google heart son un moco.

Hay muchos que insisten en no querer entender. Se les ha dicho de todos modos: con novelas o con hechos registrados por la misma prensa del poder, pero ellos insisten en creer que las cámaras de televigilancia callejeras siguen de cerca a los lanzas y ambulantes, pero a ellos no.

¿Y qué va a pasar?: le va a ir tan bien a Anthony Blake con su
“Lo saben todo de ti”, va a hacer tanto dinero con su show, que se le ocurrirá ampliar el mercado y para eso no encontrará nada mejor que venir a meterse nuevamente aquí. A fin de cuentas, es gente como la nuestra la que disfruta con su clarividencia, sus atajadas de balas con los dientes o con las lecturas de pensamientos que le practicaba al público de “Viva el Lunes”. Este idiota que desapareció de nuestro mapa hace unos años (y de seguro porque se le debe haber chingado algún mal truco al aire) ahora está dedicado al espectáculo que ha montado en España y donde intenta convencernos de la descabellada idea de la existencia de una red de espionaje por parte de los grandes grupos políticos y financieros que acecha el más mínimo movimiento de las personas para evitar el descontrol. Pero este Blake no sólo es clarividente y mago, él carga con una misión aún mucho más importante propia de un proto-mesías. Él desea abrirnos los ojos y exponernos la verdad al desnudo: "Que la gente tome conciencia de que existe más control sobre nosotros del que pensamos y que todo lo que nos ocurre es fruto de un sistema de control global con capacidad de actuar sobre nosotros en cualquier momento" (mientras suena música incidental y él emerge desde la oscuridad vestido estrictamente de negro).

Si Blake llegase a venir con su espectáculo, de seguro las viejas del negocio de mi barrio padecerían de ataques de paranoia o caminarían mirando al cielo. Si Blake llegase a venir con su espectáculo, de seguro los cabros en el colegio, algún día, me dirán: “profe, ¿por qué no nos hace leer Un Mundo Felíz o 1984 o nos habla del control?”
 
posted by daniel at viernes, febrero 10, 2006 | 0 comments
febrero 06, 2006

Vamos viendo cómo es esto. Como si el tiempo me sobrase, ahora me he creado esta cuenta para intentar dejar aquí algunas de las pocas reflexiones del día que puedo retener.
Ya he venido haciendo el ejercicio desde hace un tiempo. En 2004 me creé una cuenta en fotolog.net (hoy fotolog.com) donde, como sabrán, se ofrece un espacio gratuito diariamente para subir una foto y conformar después de un tiempo un álbum personal de fotos virtual. Ahí la reina es la imagen. El texto, el pensamiento, la reflexión es sólo su lacayo. Basta echar un ojo a los millares de cuentas existentes para verificar que quienes las visitan no gastan tiempo en leer lo que a la foto acompaña.

Y si digo más arriba que el ejercicio ya vengo haciéndolo, es porque después de más de un año de estar subiendo fotos a esa cuenta, desde hace un tiempo me vengo gastado más de una hora diaria (cuando lo he hecho) en redactar alguna idea para subyugar, ahora, la imagen a ella. No es mal ejercicio. Tomar posturas, intentar explicarlas y luego defenderlas son cosas que se nos han ido olvidado hacer en un mundo plano y sin conflictos que, por mi parte, he intentado retomar. No es que me falten los amigos, no tenga con quien discutir o la gran red vaya siendo mi última opción de “comunicación”, pero creo que en el “publicar” se halla el compromiso de hacer un ejercicio público de la razón. Aquí no me andaré con la del bandido, no tengo por qué mentirme, ni mucho menos lavar mi imagen o crear una impropia de mi.


Y bueno, esa cuenta fotolog no creo que desaparezca, de hecho he estado pensando copiar lo que aquí escriba para publicarlo ahí también, a fin de cuentas quienes revisan blogs y quienes revisan fotologs son tipos distintos de personas y, si la intención es provocar intercambio de ideas… mientras más gente, ¡mejor!

Por último, y como mi vida ha sido una consecución directa de un hecho muy claro tras otro, quiero aclarar aquí que, así como el zine que vengo publicando desde 1998 estuvo originalmente inspirado en uno muy recordado que se titulaba “Civilización Violenta” (Pichón ¿dónde estás?), este blog ha tenido no su inspiración, pero si su motivación final en el blog personal del vocalista de una muy buena banda española. El tomar “buenos ejemplos” me ha resultado bien.Quien quiera echar un ojo, pinche
aquí
No es que las reflexiones me sobre, pero tampoco me faltan.
Así arranca esto.
 
posted by daniel at lunes, febrero 06, 2006 | 2 comments